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Injustamente, uno de los títulos que pocas veces solemos encontrar en la lista del cine de terror retro, es la película australiana "Patrick" (1978) dirigida por Richard Franklin y protagonizada por Susan Penhaligon, Robert Helpmann y Robert Thompson.
La película tiene sutiles referencias a Psicosis (1960) y esto no es casualidad, ya que su director es precisamente un fanático confeso del cine de Alfred Hitchcock; curiosamente Richard Franklin estuvo a cargo de la dirección de Psycho II (1983).
Patrick no es en realidad un slasher, como muchos así lo afirman, aunque posee ciertos elementos que son parte esencial de aquel subgénero de terror. Cada cual que la juzgue a su modo.
Quentin Tarantino es un gran amante del "Ozploitation" (cine de explotación australiano) y considera a Patrick como una de sus cintas predilectas, tanto así que en Kill Bill le rinde un sutil homenaje a la cinta de Richard Franklin.

Una de las grandes curiosidades de la película es que el protagonista debía permanecer constantemente con la mirada fija y sin cerrar sus ojos, algo que obviamente tuvo que ser ayudado por medio de gotas oculares que le permitían dejar de pestañear por más de un minuto. Si esto les parece una tortura, pues también deben saber que parte de la producción y hasta el propio director, consideraron como válida la opción de darle verdaderas secciones de electroshock al actor principal durante una de sus escenas. Afortunadamente para el pobre Robert Thompson (Patrick) desistieron de dicha idea.
La banda sonora de la película estuvo a cargo de Brian May, pero ojo, muchos caen en el error de asegurar de que se trata del legendario guitarrista de Queen, pero no, esta vez se trata del compositor australiano de mismo nombre, quien también estuvo a cargo de la banda sonora de Mad Max (1978). Para desgracia del compositor, toda la banda sonora fue cambiada en su lanzamiento en Italia, en donde la música corrió a cargo de la banda de rock Goblin.

Patrick tuvo un éxito impensado en Italia, al punto de que el director Mario Landi estrenó en 1980 una funesta pseudosecuela titulada como "Patrick vive ancora".
La cinta de Richard Franklin volvió a la palestra en el año 2013, cuando se estrenó un remake de la cinta original, esta vez dirigido por Mark Hartley. Desgraciadamente la nueva película también pasó sin pena ni gloria.
La película tiene sutiles referencias a Psicosis (1960) y esto no es casualidad, ya que su director es precisamente un fanático confeso del cine de Alfred Hitchcock; curiosamente Richard Franklin estuvo a cargo de la dirección de Psycho II (1983).
Patrick no es en realidad un slasher, como muchos así lo afirman, aunque posee ciertos elementos que son parte esencial de aquel subgénero de terror. Cada cual que la juzgue a su modo.
El argumento de esta bizarra película de terror nos habla de Patrick, un asesino que lleva tres años en estado de coma. Su única forma de interactuar con el mundo es que de vez en cuando escupe a las enfermeras, pero lo hace por simple reflejo muscular... según las afirmaciones del director del hospital en donde se encuentra internado. Lo que no saben, es que Patrick posee poderes telequinésicos que despertarán cuando llegue una nueva enfermera a la institución.
Quentin Tarantino es un gran amante del "Ozploitation" (cine de explotación australiano) y considera a Patrick como una de sus cintas predilectas, tanto así que en Kill Bill le rinde un sutil homenaje a la cinta de Richard Franklin.

Una de las grandes curiosidades de la película es que el protagonista debía permanecer constantemente con la mirada fija y sin cerrar sus ojos, algo que obviamente tuvo que ser ayudado por medio de gotas oculares que le permitían dejar de pestañear por más de un minuto. Si esto les parece una tortura, pues también deben saber que parte de la producción y hasta el propio director, consideraron como válida la opción de darle verdaderas secciones de electroshock al actor principal durante una de sus escenas. Afortunadamente para el pobre Robert Thompson (Patrick) desistieron de dicha idea.
La banda sonora de la película estuvo a cargo de Brian May, pero ojo, muchos caen en el error de asegurar de que se trata del legendario guitarrista de Queen, pero no, esta vez se trata del compositor australiano de mismo nombre, quien también estuvo a cargo de la banda sonora de Mad Max (1978). Para desgracia del compositor, toda la banda sonora fue cambiada en su lanzamiento en Italia, en donde la música corrió a cargo de la banda de rock Goblin.

Patrick tuvo un éxito impensado en Italia, al punto de que el director Mario Landi estrenó en 1980 una funesta pseudosecuela titulada como "Patrick vive ancora".
La cinta de Richard Franklin volvió a la palestra en el año 2013, cuando se estrenó un remake de la cinta original, esta vez dirigido por Mark Hartley. Desgraciadamente la nueva película también pasó sin pena ni gloria.
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