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Una de las cosas más locas que me ha ocurrido gracias al blog fue cuando a inicios del 2015 tuve el agrado de mantener una conversación por correo electrónico con el director chileno Arnaldo Valsechi. En aquella charla pude contarle al director lo bueno y lo malo que me pareció su largometraje La rubia de Kennedy, película estrenada en el año 1995. Hasta la fecha la película jamás ha sido oficialmente editada en formato DVD ni a otro tipo de formato digital. Sin embargo y gracias a la amena charla que tuvimos, el señor Valsechi me dio una tremenda sorpresa al obsequiarme una copia de cortesía editada exclusivamente al formato DVD, junto también a la carátula original de la cinta (del VHS), por lo tanto el regalo es un material único y absolutamente invaluable.
La película se basa en una leyenda urbana chilena, que a la vez sería una variación de la leyenda mundialmente conocida como "el o la autoestopista fantasma". En Chile esto se inició en el año 1979 cuando varios automovilistas informaron sobre una hermosa joven rubia de vestido blanco y largo que los hacía detenerse en la Avenida Presidente Kennedy (Santiago). Cuando los conductores comenzaban a acelerar, la mujer pedía a los automovilistas que pararan y luego se desvanecía. Posteriormente, la investigación periodística de los hechos apuntó a una mujer llamada Marta Infante, que respondería a la descripción de los testigos y que en 1978 había fallecido en un accidente automovilístico junto a su novio en las intersecciones de Kennedy con Alderete. Coincidentemente, los rasgos físicos de la fantasmal aparición eran muy parecidos a los de Infante, por lo que todos la catalogaron como la alma en pena que seguía deambulando.
Pero según algunos historiadores ella no sería la única mujer que se aparecía en ese sector. En la época de la colonia, la joven hija de uno de los regentes de la zona oriente falleció antes de su matrimonio en extrañas circunstancias. La historia fue recopilada en el libro de 1920 "Tradiciones, leyendas y cuentos populares", de Ramón Laval, y hablaba de una mujer que deambulaba por los campos dejando un olor a violetas, al igual que fantasmal mujer. Es por eso, que algunos plantean que la dama que aparece por la arteria capitalina no sería Marta Infante, sino que el alma de la muchacha muerta hace más de 100 años.

La adaptación al cine de esta leyenda fue protagonizada por Carolina Fadic, Sebastián Dahm y Sandra O'Ryan; y aún cuando la película cosechó bastantes críticas negativas además de un desafortunado éxito en taquilla, de todos modos la película es considerada como una pieza de culto dentro del siempre tenue cine fantástico chileno.
La rubia de Kennedy es una película no muy fácil de conseguir ya que su comercialización en formato VHS fue bastante limitada; mismo caso de la banda sonora en casette a cargo de Carlos Fernández. Justamente por tratarse de un regalo, me es imposible hacer alguna copia de la película. También es parte de lo hablado con el director, ya que es un material que él entrega en contadas ocasiones y siempre a modo de obsequio.

En cuanto a lo que me pareció la película, no les mentiré; no estuvo a la altura de la leyenda. La cinta resulta confusa y extraña, su historia me parece que nunca termina de cuajar. Quizás la decisión de vincular la leyenda de La Rubia de Kennedy con otros personajes de la mitología chilena bastante distintos al origen mismo del mito, fue lo que al final desconcertó a gran parte del público. Sin embargo lo de Valsechi me parece que es meritorio. Son pocos los que en mi país se han atrevido a llevar a la pantalla los numerosos y siempre interesantes mitos y leyendas. Más meritorio aún fue hacerlo en 1995 cuando la industria cinematográfica chilena no era de lo mejor, tampoco estaban los recursos. En parte eso es lo que me fascina de esta cinta, que pese a todo lo poco exitosa que fue, de todos modos se las arregló para sobrevivir en el tiempo y así convertirse en una cinta de absoluto culto. Su bizarro prólogo para mí es una película aparte, es lo que siempre me cautivó de la cinta y es también lo que me llevó a escribirle a su autor.

Mi agradecimiento eterno a Don Arnaldo Valsechi por este ENORME regalo que conservo y valoro muchísimo. Mi admiración por el esfuerzo y la valentía que tuvo al llevar al cine una historia como esta. También le agradezco por concederle una voz y un rostro a “La Rubia de Kennedy” a través de la recordada actriz Carolina Fadic. Su angelical interpretación del personaje es una imagen que quedará por siempre grabada en la memoria colectiva de todos los chilenos.
Por respeto al director jamás voy a compartir la película, aunque hoy en día ya se puede acceder a ella por diversas plataformas, hasta hace muy pocos años no era así. Lo que sí compartiré es el prólogo de la película, por el motivo que ya les mencioné en unas líneas más arriba de este texto.
¡PLAY!